lunes, 26 de septiembre de 2005

interrupciones metódicas

en un rapto de empanada mental, me dejo en ordenador del curro este breve relato de actualización, escrito el viernes en una breve pausa del trabajo. Al ser fin de semana laboral no consigo generar la suficiente energía eléctrica interna para conectar las dos neuronas que guían mi piloto automático. Pienso en actualizar desde casa, por eso de no ser pillado haciendo uso no autorizado de interné. Pero se me olvida que: tengo que mandarme el archivo, y peor aún: que llevo el pen el la bolsa. Luego me desquito diciendo que compensaré poniendo fotos. Como siempre, por qué me autocomprometo con cosas que luego no voy a poder hacer por vaguismo total de fin de semana, amén de trabajos varios pendientes?

viernes 23 de septiembre

memorabilia

si no actualizo es porque soy vago y curro mucho. Por no hablar que parte de mis motivos de queja han desaparecido y ahora me quejo de mí mismo, lo cual tiene un cierto aire de patetismo.

En cuanto el curro, lo peor es estar fuera del alcance de los controles de la radio que anima las jornadas de trabajo del estudio. Estamos abonados a las ser, a m80, a los 40... un horror... los 40 son lo peor, las tertulias son lo peor; la tele está chunga, pero la radio.... ahora los 40 encadenan éxitos pasados, con la coletilla de 20 min sin publicidad... menos mal que pude desempolvar el cdwalkman, con un pequeño cambio de pilas. Por lo demás bien, está bien. Se agradece trabajar con jefes normales. Aunque se echa de menos a los amigos y compañeros, los años de trabajo en común que hacía todos ir rodado... snif...

Seguimos con tercera jornada laboral, aunque más bien es un fin de semana laboral. Tenemos que dar un empujón a las cosas porque vamos con mucho retraso.

La semana pasada bajé a Madrid, by plane, para hacer un curso de formación en una materia que he decidido que no, que va a ser que no, que con lo que tengo me va llegando y más en estos momentos, ya se verá en un futuro...

La pena es que no tuve mucho tiempo para aprovechar y comprar música. Han cambiado las cosas en la fnac, había mucha gente, iba con el tiempo contado y no me gustaba nada de lo que veía (ataque de ansiedad)...

capítulo música

he decidido que ya esta bien de tener las cosas grabadas (mal) de alguien que lo ha ripeado (mal) para descargar y con un cd sin su caja, su carátula... y sobre todo sin poder saber donde están los cds que escuché el año pasado... He vuelto a comprar (más, que nunca dejé de hacerlo) por el placer de tener el objeto de deseo, con su caja, con su posibilidad de ser (bien) ordenado... así que este verano han caido: arcade fire (cd y ep) m. ward, saint etienne, a girl called eddy, acid house kings, y capítulo de completismos: benjamin biolay (negativ) y postal service. Muy satisfecho de todas mis compras. Mucho.

De Madrid sólo me traje el i de magnetics fields (oferta) y love of lesbian (que me es el único grupo español que estoy escuchando, tras la semidecepción de denueve) y no pude encontrar el illinois de sufjan stevens ni andrew bird & the mysterious production of eggs.

En el capítulo de grandes decepciones: goldfrapp (pero a esta chica que la pasa!) CocoRoise (vaya, los descartes del disco anterior? y sin gracia? y sin canciones?)

Y en grandes esperanzas: richard hawley, que bonito disco porelamordedos!

surreal work life

tenía que dejar para el final (casi) un apasionante nuevo capítulo de incidencias laborales. Soy (en palabras de E.) un quinto (1/5) de arquitecto municipal. Un día a la semana hacemos (hago) la sustitución de un técnico municipal (odiado) que se ha cogido una baja por algo.

La paradoja de acabar de presentar un proyecto y expediente en un ayuntamiento, esperando que nos llegue el informe, a pasar a informar cosas similares a las que curramos en nuestra querida tercera jornada laboral. El aposentarse en silla de terciopelo rojo debe modificar el carácter o provocar algún tipo de trastorno químico que repercute en la salud mental, o algo así. Por no hablar de esa sensación de que la buena voluntad sumada a la ignorancia conduce directamente al desastre.

Se aprende mucho en estas situaciones. Y casi siempre acabas preguntándote cómo connio se sostienen las cosas y como parece estar todo (casi) en su sitio. Y casi siempre acabas respondiente que a purita fuerza de voluntad.

Ya ha vuelto a hacer frío. Y ha lloviznado. Y el café del medio día no ha conseguido animarme a trabajar un poco más. Espero que la tarde no se me haga eterna