sábado, 22 de julio de 2006

hoy II

vuelvo tener ese nudo en el estómago. El destemple de haber dormido poco y mal, de haber tenido que madrugar y trabajar.
Vuelvo a tener ese nudo en el estómago que tengo cuando esta partida de tetris orgánico se me escapa de las manos, y ya no sólo no soy capaz de ordenar las cosas mentalmente, sino que no sé por donde me van a venir ni como se me van a desmoronar.

viernes, 21 de julio de 2006

hoy

me he tirado a la piscina. Mejor dicho, he puesto en marcha el salto para tirarme a la piscina.
Además de apretarme el cinturón, y no sólo para tomar aire, no; tengo vértigo. De la vida, de las circunstancias y del cansancio. Y de la gente.

miércoles, 12 de julio de 2006

a veces pierdo el tiempo

sobre todo cuando tengo pocas ganas de currar, después de una panzada extrema de trabajo, o cuando tengo la sensación que lo que estoy haciendo me lo van a hacer cambiar en uno o dos días. Es entonces cuando: a) la musica y b) internet se convierten en tablas de salvación que hacen que el tiempo corra un poco más deprisa.
Poniéndolo en primera persona: hoy he perdido el tiempo, como suelo hacerlo después de una panzada de curro y cuando tengo la sensación de que lo que ando haciendo va a cambiar en un día o dos. Menos mal que la música e Internet vuelven a ser tablas de salvación.
Entre cientos de intranscendencias (hoy he buscado la diferencia entre los bitrates de mp3 y mp4, entre algoritmos de compresión con pérdida y sin pérdida, donde he leído: código cerrado, codificación, existe una implementación de ingeniería inversa sobre la decodificación de código abierto ?mola- ) y cosas algo más sustanciosas. He vuelto a revisar suplementos culturales, para descubrir que cada vez los contenidos están más cerrados, sólo accesibles para suscriptores.
Pero he encontrado una entrevista en El Cultural a San Rafael Moneo. Como siempre, o casi siempre, certero.
Reflxiones sobre el crecimento de Madrid, aplicables a casi todas las ciudades de nuestro entorno: Madrid ha tenido poco tiempo de pensarse a sí misma. El crecimiento desaforado de estos últimos años se ha producido compulsivamente, demasiado apoyado en un urbanismo conducido desde esquemas viarios. Es indudable la relevancia de éstos en una ciudad como Madrid, pero no configuran la ciudad por sí solos y menos aún cuando soportan en numerosas ocasiones edificios banales y desarrollos sin otro valor que su disponibilidad. Y: Echo en falta propuestas residenciales que vayan más allá de todas estas actuaciones urbanísticas, del ?adosado?, que caracteriza el actual crecimiento de Madrid. Con este escenario, sólo la vida puede suavizar la trivialidad del modelo de construcción imperante. Al margen de los crecimientos residenciales a los que me refiero, tan impresionantes en términos cuantitativos, quizá uno de los episodios que ha tenido más importancia en el último Madrid, sea la urbanización del área del Campo de las Naciones. Uno piensa que no ha habido ocasión para un episodio urbanístico de tal relieve, que albergue construcciones tan importantes, parques, dotaciones institucionales, ferias y palacios de congresos. La ausencia en momentos como esos de una impronta arquitectónica de mayor firmeza, resulta inquietante. Y: ...al final todo parece justificarse por la urgencia y se promocionan modelos de desarrollo tan antipáticos como que la ciudad crezca mediante parques o mediante ciudades de la Justicia, o de la Cultura. La ciudad crece sin que haya esa necesidad de especialización dictada por la conveniencia de los burócratas. Yo creo que Madrid hubiera podido hacer que todas estas instituciones se imbricasen en su estructura, con una visión más global y reflexiva. Madrid merece tener unos buenos servicios técnicos municipales para que cuando uno hable de su ciudad no tenga que referirse a una malentendida espontaneidad que lo justifica todo y que muchas veces deja la construcción de la ciudad fuera de los límites casi racionales.

Con este escenario, sólo la vida puede suavizar la trivialidad del modelo de construcción imperante.

Lo dicho, sustitúyase Madrid por el nombre de la ciudad de turno (LaCoru, la mía) y Campo de las Naciones por esa importante actuación urbana estrella (y estrellada) con la que tienen a bien aturdirnos de vez en cuando.
Especialmente dolorosa la reflexión sobre la urgencia y oportunismo. Por mucho que nos dotamos de mecanismos y recursos para evitar este hacer sobre la marcha, no parece que sea posible escapar de esta inmediatez del día a día.

martes, 11 de julio de 2006

días

hemos empezado a hacer jornada continua en el curro. De 7 a 3. Semimortal. Es un palizón llegar a las 7, aunque tiene la ventaja de no haber casi tráfico y sitio para aparcar donde quieras, pero disponer de (casi)toda la tarde es un lujo. Aunque no poder prolongar las noches, ahora que hace un poco más de calor, es un pequeño fastidio. Pero nos ha venido que ni pintado disponer de tiempo para poder tirarnos a la piscina laboral del proceloso mundo de las ofertas y concursos públicos.
Nos avisaron que iban a salir concursos y que debíamos estar atentos. En cuanto salieron publicados nos lanzamos a recopilar información. A por tres de tres. Luego la realidad de las cosas pondría todo en su sitio. Entregamos ayer uno, en el último suspiro, y gracias. No hay manera. Siempre todo para el final. Tensando la cuerda. Hoy lo estamos pagando
Es la primera vez que hacemos esto solos, sin depender de nadie, sin en el amparo de nadie. La propuesta está bien. Sólo espero que no la caguemos en el papeleo, del cual me he encargado. O que la cagada sea subsanable. Es un concurso pequeño, seguro que no pasa nada. Pero llevo dos días durmiendo mal.
Lo mejor, el momento del parto de la idea. A pesar de todos estos meses escribiendo memorias, haciendo fichas, tablas, superficies, delimitaciones e informes, aún puedo rascar y que salga alguna chispa. Y dibujarla. Aún puedo dibujar. La resistance.
Las inversiones en equipo informático han sido un acierto, tenemos una impresora de lujo, el portátil se ha portado, y yo estoy encantado con mi ipod.
Sigo sin recibir las noticias que estaba esperando. Hoy el día va a ser largo.