jueves, 16 de febrero de 2006

los días

Estos días pensaba que el frío atontaba a la gente. Ahora que llueve, va a ser esto lo que hace que la gente se atonte. Así que empiezo a pensar si no es el estado habitual del personal. Entre los que me incluyo.
Ayer se acabó el paracetamol y no he repuesto las provisiones, con lo que además de la empanada mental añado molestos síntomas de malestar general.
Sumando el lidiar con un estupendo programa que facilita tu trabajo en la vida moderna, el cuadro es simplemente estupendo. El Word de Microsoft es una put_a_mierda.
Ayer por fin instalé los drivers de la tarjeta de sonido del ordenador del curro. Para poder usar el programilla que controla la tarjeta tienes que hacer un master en surround live 7.1. Yo solo quiero oír bien los auriculares. Pero no hay manera. Me he pasado al itunes, que suena un poco mejor que el resto, pero hay que reconocer que es un poquito complicado manejar el navegador. Es para gente muy muy ordenadita, entre la que no me incluyo, y, además, bajar música de la red tampoco es el mejor camino para tener una biblioteca en su punto.
Andaba yo tan contento por poder evitar el uso del discman, de la recarga de baterías, de llevar los cds a todas partes, de poder oír lo que descargo en casa en el curro sin tener que grabar miles de cds que luego ni tienen caja, ni etiqueta, ni nada de nada, cuando empiezo a percibir que esto suena un poco a lata, que mi discman suena mejor... que asco de informática por el amordedos.
Me duele la cabeza, aún estamos empezando la jornada laboral, mi ordenador distorsiona el sonido y suena a lata.
Y yo soy un año más viejo.

viernes, 10 de febrero de 2006

el supernotición qtkgas

No se puede empezar el día con un notición-notición como este: Paco, nuestro querido Paco, de La Coruña (Lacoru o lacuruña) se nos va. Se nos va, se nos va, se nos va al Vaticano. De embajador.
Aquí podríamos poner punto y final, por que esto lo resume todo, todito, todo. Pero no he podido resistir y he entrado en La Voz de Galicia (lacoz, la voz... de su amo) donde ya han empezado los siete días de alabanzas que marca el protocolo. Independientemente de los destrozos y desperdicios de oportunidades que ha ocasionado en esta nuestra ciudad, no puedo dejar de glosar esa maravilla de coherencia interna de Paco: católico y socialista, católico y progresista. «Como socialista, nunca renunciaré a la defensa de unos valores éticos desde una perspectiva progresista de izquierdas» Paco dixit (nótese que empiezo con el latín por eso del Vaticano) Sí bonita, sí, es superprogresita mandar a los niños a estudiar a la uni del Opus, superprogresista ausentarse de la votación sobre el tema del aborto, matrimonio homosexual... Sí bonita, sí. Como esa superpolítica social de Ayuntamiento de Lacoru. Superprogresista.
En fin, condios, y nunca mejor dicho.
Pero lo peor de todo, lo putopeor, es que será EL alcalde para toda la eternidad. Va a ser peor que lo de Fraga. Y si no al tiempo...

martes, 7 de febrero de 2006

el año que fue

Que raro ha sido el año pasado. Supongo que en gran parte por el cambio de trabajo. Aunque ahora echo la vista atrás y parece que Santiago queda muy, muy lejos.

En parte tengo la sensación que este año ha sido el año de hacerse más viejo. Supongo por ver que la vida laboral condiciona de manera brutal. Tan brutal como percibir que puede ser el último cambio de trabajo. Como pensar que las escaleras del portal pueden ser las mismas que subas hasta el día que puedas jubilarte. Pueden ser o van a ser. En todo caso un cierto vértigo, y activación del mecanismo de supervivencia tipo Scarlet O?: mañana pensaré en eso. Y he dicho mañana.

Ha sido el año de las canas. En septiembre-octubre me dio la sensación que podía ser una epidemia.

El año de las arrugas. Drástico descenso del coeficiente de elasticidad de mi epidermis. Hace años pensaba que bien las arrugas. Ahora no lo tengo tan claro. A biotherm me encomiendo.

En ambos casos, constatar que la genética es imparable.

En cuanto al trabajo, luces y sombras. Por un lado mejora la calidad de vida. Por otro el volver a hacerte con un método de trabajo nuevo. Lo peor quizás, las actitudes un poco infantiles de algunos. Bueno no, lo peor es la música, lo peor es la radio. En este momento hay un remix de unpasitopalantemaría, cortesía de radiogalega. Un horror.

Otro punto que cotiza en negativo es que mi labor consiste en escribir. Y, bueno, es saturante. Pero compensa porque (casi) nadie me dice como tengo que hacer las cosas. Y en positivo también I., que es un cielo de paciencia infinita.

Luego están nuestras esperanzas laborales en un futuro mejor. Nuestros proyectos que nos dan más disgustos que alegrías. Que nos quitan buena parte del fin de semana. Que nos hacen ver con envidia a la gente que consigue salir adelante, por suerte o por lo que sea, que consiguen sacar a flote sus proyectos. Costes, gastos, inversiones, esfuerzos, dispendios.

Pero siendo un poquito, sólo un poquito optimistas, tenemos un par de proyectos que pueden ser un buen modo de salir adelante.

O hundirnos en el abismo, claro.

También apuntar la finalización laboral en la administración local. Aunque hay cierta expectativa de que de esto salga algo. Pero esto ya es otro cuento, otra historia. Para no dormir en algunos de sus capítulos.