viernes, 27 de junio de 2003

En este lapso de tiempo (apenas tiempo para nada que no sea trabajo, preocupaciones del mismo y ejercicios mentales para desprenderme de preocupaciones que no quiero que sean mías) he tenido tiempo de reflexionar sobre esto de tener un diario en la red. Además del componente exhibicionista tan impropio de mi (salvo en excepciones inducidas por sustancias no legales y legales) espero que pueda ser un punto de reflexión sobre mi mismo. He de reconocer que leyendo otros blogs que admiro, me doy cuenta que el listón está muy alto, pero... uno no escribe para mostrar lo listo, culto e ingenioso que es (o si?) sino por placer, escape, terapia, pasatiempo o por que le de la real gana, que coño!

He vuelto de la oficina por la tarde, después de intentar encontrar un regalo de boda para un compañero, depuse de venir por la carretera para ahorrar el peaje y después de pasar por el centro comercial para hacer la compra de la semana, es decir, he vuelto muy tarde de la oficina. Después de otras operaciones tediosas y banales para un ser comentadas en un blog que se precie, he encendido el ordenador con idea de ponerme de una vez con el blog, y cuando el sistema operativo de Bill ha tenido a bien terminar todas esas operaciones necesarias para la correcta ejecución de los programas... zas! ha saltado el antivirus (iba a decir la marca, pero no estamos aquí para hacer publicidad gratuita, si aún pagaran...) con lo que me he quedado un poco chafado, he tenido que decidir si dejar que prosiguiese su labor de búsqueda de virus o seguir mi primitivo impulso de ponerme a escribir como un poseso, antes de que se me pasen las ganas de tal... por que uno es impulsivo, pero de recorrido corto (vaya, menuda mierda de símil) Lo he dejado pero a cambio me puesto un poco de música que uno se siente muy necesitado de estímulos placenteros, después de un día muy coñazo.

He abierto la ventana de la buhardilla y he notado como el vientecillo que rola del mar a estas horas de la tarde es una delicia. Que suerte que ha llovido estos días. Sobre todo después de San Juan. Se ha limpiado el ambiente de humo y sardinas, polvo y contaminación. He visto distraídamente la gente. De algunos me he inventado vidas y circunstancias, personales y laborales, y he visto algo que podía haber sido un corto o un episodio circunstancial en una película de estas profundas, en las que uno se pregunta, truco o trato?

Un parapléjico se pasea en silla de ruedas sobre uno de los carriles de circulación para tráfico de coches. La urbanización es tranquila pero en a esta hora hay movimiento de gente que llega a casa, va a los bares, etc. Pero el sigue en su silla haciéndola rodar con cierta dificultad . Y nadie le dice nada. Tampoco es que moleste mucho, pero es un peligro para él y para los demás. Pero el sigue. Por qué lo hace, cómo llegó hasta esa situación?. Y lo miro absorto como alguien miró una bolsa de basura que se movía atrapada en una corriente de aire en espiral.

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