sobre todo cuando tengo pocas ganas de currar, después de una panzada extrema de trabajo, o cuando tengo la sensación que lo que estoy haciendo me lo van a hacer cambiar en uno o dos días. Es entonces cuando: a) la musica y b) internet se convierten en tablas de salvación que hacen que el tiempo corra un poco más deprisa.
Poniéndolo en primera persona: hoy he perdido el tiempo, como suelo hacerlo después de una panzada de curro y cuando tengo la sensación de que lo que ando haciendo va a cambiar en un día o dos. Menos mal que la música e Internet vuelven a ser tablas de salvación.
Entre cientos de intranscendencias (hoy he buscado la diferencia entre los bitrates de mp3 y mp4, entre algoritmos de compresión con pérdida y sin pérdida, donde he leído: código cerrado, codificación, existe una implementación de ingeniería inversa sobre la decodificación de código abierto ?mola- ) y cosas algo más sustanciosas. He vuelto a revisar suplementos culturales, para descubrir que cada vez los contenidos están más cerrados, sólo accesibles para suscriptores.
Pero he encontrado una entrevista en El Cultural a San Rafael Moneo. Como siempre, o casi siempre, certero.
Reflxiones sobre el crecimento de Madrid, aplicables a casi todas las ciudades de nuestro entorno: Madrid ha tenido poco tiempo de pensarse a sí misma. El crecimiento desaforado de estos últimos años se ha producido compulsivamente, demasiado apoyado en un urbanismo conducido desde esquemas viarios. Es indudable la relevancia de éstos en una ciudad como Madrid, pero no configuran la ciudad por sí solos y menos aún cuando soportan en numerosas ocasiones edificios banales y desarrollos sin otro valor que su disponibilidad. Y: Echo en falta propuestas residenciales que vayan más allá de todas estas actuaciones urbanísticas, del ?adosado?, que caracteriza el actual crecimiento de Madrid. Con este escenario, sólo la vida puede suavizar la trivialidad del modelo de construcción imperante. Al margen de los crecimientos residenciales a los que me refiero, tan impresionantes en términos cuantitativos, quizá uno de los episodios que ha tenido más importancia en el último Madrid, sea la urbanización del área del Campo de las Naciones. Uno piensa que no ha habido ocasión para un episodio urbanístico de tal relieve, que albergue construcciones tan importantes, parques, dotaciones institucionales, ferias y palacios de congresos. La ausencia en momentos como esos de una impronta arquitectónica de mayor firmeza, resulta inquietante. Y: ...al final todo parece justificarse por la urgencia y se promocionan modelos de desarrollo tan antipáticos como que la ciudad crezca mediante parques o mediante ciudades de la Justicia, o de la Cultura. La ciudad crece sin que haya esa necesidad de especialización dictada por la conveniencia de los burócratas. Yo creo que Madrid hubiera podido hacer que todas estas instituciones se imbricasen en su estructura, con una visión más global y reflexiva. Madrid merece tener unos buenos servicios técnicos municipales para que cuando uno hable de su ciudad no tenga que referirse a una malentendida espontaneidad que lo justifica todo y que muchas veces deja la construcción de la ciudad fuera de los límites casi racionales.
Con este escenario, sólo la vida puede suavizar la trivialidad del modelo de construcción imperante.
Lo dicho, sustitúyase Madrid por el nombre de la ciudad de turno (LaCoru, la mía) y Campo de las Naciones por esa importante actuación urbana estrella (y estrellada) con la que tienen a bien aturdirnos de vez en cuando.
Especialmente dolorosa la reflexión sobre la urgencia y oportunismo. Por mucho que nos dotamos de mecanismos y recursos para evitar este hacer sobre la marcha, no parece que sea posible escapar de esta inmediatez del día a día.
4 comentarios:
"a veces pierdo el tiempo"... no se puede explicar mejor mi vida estos días :)
Desengáñate, aquí en Madrí -y en la Coruña, supongo- la única urgencia es la de especuladores y constructoras por ganar MUCHO dinero. Los burócratas son sólo marionetas.
Ah, y ésto no es perder el tiempo, es aprovecharlo de distinta manera...
diga vd que sí... diga que sí.
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