"Y entonces llegó más gente a la pequeña estación y se llenó y el rugido empezó otra vez y yo cerré los ojos y sudé y me mareé y tuve la sensación de que tenía un globo dentro del pecho y era tan grande que me costaba respirar. Y entonces la gente se fue en el tren y la pequeña estación se quedó vacía otra vez. Y entonces se llenó de gente y llegó otro tren con el mismo rugido. Y era exactamente como aquella vez que tuve la gripe, porque quería que se fuera, como se desenchufa un ordenador cuando se cuelga, porque quería irme a dormir para no tener que pensar, porque lo único que podía pensar era cuanto me dolía, porque no había sitio para nada más en mi cabeza, pero no podía irme a dormir y sólo podía quedarme allí sentado y no había nada que hacer excepto esperar y sentir dolor."
El curioso incidente del perro a media noche. Mark Haddon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario