lunes, 23 de mayo de 2005

lo que uno piensa

nunca nada sale como uno piensa. O como a uno le gustaría. M. dice que soy muy optimista. Mi jefe dice que soy optimista con el tiempo. Yo siempre pienso que voy a hacer un montón de cosas en un tiempo determinado. Luego nunca las hago. O no las hago de ninguna manera o, si me pongo a ello, siempre me quedo a medias. Luego siempre me machaco (un poco) con que nunca llego, que mal y todas estas especialidades de mi conciencia. Pero el otro día me dí cuenta que puede ser que piense que voy a hacer muchas cosas para quitarme de encima la presión y no agobiarme con que realmente no me va a dar tiempo a hacerlo, para quitarme de la cabeza que en el fondo, tengo muchas horas de trabajo por delante. Para intentar engañarme, porque en el fondo soy un vago. Currante, pero vagete.

El caso es que llevamos maratón de trabajo para entregar este lunes. El balance es positivo, aunque no hemos hecho todo a lo que nos habíamos comprometido. Pero estamos contentos con el trabajo.

Ayer M pinchó y decidimos cerrar el chiringuito por esa noche. Pero lo fundamental está hecho. Aunque no es posible evitar pensar si vale la pena el esfuerzo por la remuneración económica. Aunque parte lo hagamos para tener trabajo que pueda llamar a más trabajo, sería muy reconfortante que pudiesen valorar tu trabajo de una manera justa. Es decir, pagándonos más.

Por la mañana me autometí en un berenjenal quedando con tres ramificaciones de mi vida social/personal, a saber, M., G y J; D (aka Kolbus) y la asca. Y todo por ver SWIII. Sí, porque uno puede estar de curro hasta las cejas pero sucumbe irremisiblemente a la presión mediática y a la emoción del pequeño friky que todos llevamos dentro.

De vuelta de comer con parte del grupo, de camino al curro, pensaba que esto mismo hace unos años hubiese una cierta conmoción emocional, pero que el tener esa losa de responsabilidad (M se quedó currando) hace que todo tenga una menor repercusión en mi estómago.

La peli está bien. Se deja ver, con sus carencias, con sus excesos, pero tiene unas imágenes potentes. Aunque queda claro que el tema diálogos no es el fuerte de George.

Durante la comida nos agobiamos con nuestros problemas de gente mayor.

Hoy me he vuelto a dopar con 1g de paracetamol, pero no he vuelto a tomar el relajante muscular, la experiencia de la semana pasada fue negativa, no me quito por completo el dolor del cuello y estaba de un relajado a nivel vital que no había manera de hacer nada productivo. Ya pone en el prospecto que puede crear adicción. Es que te quita hasta el sentimiento de culpa...

Sigo teniendo la cabeza embotada, cierto destemple, sensación de deshidratación y la lengua pastosa. Pero estoy contento.

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