recordatorio
la semana fue en un crescendo vertiginoso que acabó en una presentación donde, después de andar tanto tiempo sobre la cuerda floja, sufrimos un pequeño batacazo. Podría haber sido peor, sin duda. Porque todo iba con alfileres. Pero es verdad que nos cogieron con el culete al aire. El viernes por la tarde tenía el cerebro esponjiforme. El sábado me auto-obligué a no hacer nada. Sólo lavar el coche, terminar Alta Fidelidad (suenan las campanas, un nuevo record) que aunque no lo parezca me ha encantado, vegetar delante de la televisión e ir a ver Zatoichi. Hoy he empezado Adolf y ya sólo me queda un tomo para acabarlo. He visto lo bien que envejece La flor de mi secreto. Y en ese supermaratón Almodovar que ponían en cinemanía me he vuelto a quedar con las ganas de ver Entretinieblas.
Pero lo peor de todo es tener la sensación que han sido dos días justitos para recuperar fuerzas porque esta semana pinta fea. Y mañana seré más viejo.
A recordar como positivo de esta semana: que Miyazaki ya está con otra película; que buscando una canción para una recopilación que tengo en mente he descubierto a Ketty Lester. La próxima vez que vayamos a Madrid habrá que revolver en la fnac, porque soulseek no ofrece mucho. El último de Air no tiene mala pinta, quizás un poco blandito. Y no he podido evitar leer las críticas de lo nuevo de Lambchop. Me había prometido no hacerlo, pero mi hermano se ha comprado el RDL y el Mojo, y claro, demasiado tentador.
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