y el resto
es increíble la percepción del tiempo que tiene cada uno. Mientras unos hacen una gestioncilla en el banco a otros les da tiempo a comprar cable para hacer una pequeña red interna, cartuchos de tinta para la impresora, hacer una visita de cortesía a una tienda de discos, dudar si llevarse esa preciosa nueva edición de El amor visto desde el aire, darse una vuelta por la sección de novedades, volver a dudar y al final llevársela, y aún esperar mientras medita si hacer fotitos con el móvil. Pocas veces dio para tanto una mañana de sábado. Por la tarde preparativos para el barco, repaso del equipamiento de seguridad, cambios de normativa aún por publicar en el BOE y vestimenta adecuada. Tres horas, tres, intentando no acabar disfrazado de boya radiobaliza.
El domingo dejo listas una serie de cosas prometidas y que esta vez parece que va a ser que si. Fracasa la tentativa de montar la red en casa. Ni cables, ni hub, ni direcciones IPE. El portátil no funciona. Está claro que cuando es que no, es que no. En otro momento será. Porque ahora ya comienza otra semana.
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