jueves, 2 de octubre de 2003


ya está aquí

vale, vale, ya lo sé, es un tema recurrente y además llego tarde, pero bueno, es mi blog, no? Pues eso, que a día uno del presente mes empezó a hacer frío, el cielo ya llevaba unos días cubierto, y hoy ha llovido que no veas. De todos modos el viernes al volver del trabajo, por la carretera, al pasar por una zona de árboles ya había tenido un momento muy ESDLA, porque por la el aire traía un olor a tierra húmeda y eucalipto, como cuando de pequeños íbamos al monte. Ains, muy bonito.

Esta semana está siendo muy anodina, y en la oficina flota una relajación de costumbres fuera de lo normal. Pero claro, cuando los primeros que pasan de venir a currar son los jefes... Porque en esto de la actividad privada cuanto más alto menos curras, a la inversa de lo que sucede en la res pública. De todos modos, tengo sobre mi cabeza unos cuantos asuntos que me van a explotar en la cara como no apretemos. Ya se verá.

Pero el día de hoy ha sido muy gratificante. A primera hora tenía una reunión en un remoto lugar, y cómo ya llegaba tarde tuve que coger una carretera que acorta el trayecto y puede acortar, también, tu vida. En este país donde vivo en cuanto te sales de los dos ejes principales de comunicación eres abducido a tiempos de tus abuelos. Eso sí, todo muy pintoresco. Nubes, muchas nubes, y mucha lluvia. Al terminar, volviendo por la carretera de la costa, el mar tenía un color impresionante. Lástima que no tenía mucho tiempo. Me quedé con las ganas de parar a dar un pequeño paseo por unas playas y fumar un pitillo debajo del paraguas.

Al llegar a la oficina B. nos invitó a comer a su casa porque su compañero de piso no estaba. Y que casa se han alquilado estos dos! Zona vieja, casa rehabilitada, tamaño justo, mucha madera bien elegida y bien colocada. Y una galería que mira al sur, al monte, al cielo, a un patio con dos palmeras y un camelio. Una comida preparada en grupo, un café, un pitillo, un sol que se cuela entre las nubes, un pequeño paraíso.

El resto de la tarde queda anulada por estas dos deliciosas horas. Lo único reseñable es ese magnífico post de hoy de Bob. Que si el arranque de este otoño que casi es invierno está siendo de lo más aburrido, antídotos como este le endulzan la tarde a cualquiera. (You know, you´re still the best)

Tengo que actualizar el aspecto de este blog y pasarlo al otoño, pero este fin de semana me exilio, así que habrá que esperar un tiempo.

La foto es una pequeña contribución a la campaña de denuncia “dejen de tratarme como a un imbécil”

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