lunes, 17 de noviembre de 2003

poco tiempo y mucho frío

El viernes volví a ver la Princesa Mononoke, que la había visto en vídeo y a pantalla completa (puta manía de las películas supuestamente para niños) con lo cual me había perdido como un tercio o la mitad de la peli. Y en dvd con lo bien que se ve y el supersonido que tiene, pues muy bien (expresión nachocanut) Me gusta mucho. Por una parte esa típica dicotomía japonesa que va más allá del bien y el mal occidental. En este caso (y como suele ser habitual) la naturaleza frente a l progreso. Y de una manera muy poco maniquea. Ni seres completamente bondadosos ni completamente despreciables. Y aunque acaba de una manera más o menos positiva, se desprende un cierto pesimismo sobre la condición humana. La ambición desmedida camuflada de supervivencia, la explotación del otro y la falta de respeto frente a lo que nos rodea. Especialmente duro la frase del leproso cuidado por la presunta mala, y que detrás de las vendas creo que puede hablar el propio Miyazaki: el mundo y el hombre están malditos y aquí hemos venido a sufrir. Y muy bonita la representación del espíritu del bosque. Al mismo tiempo que hace crecer lo que toca también lo mata, la sorpresa de los hombres cuando ven que no salva ni cura a los animales sino que les quita la vida.

El sábado dormí mucho y me levanté con dolor de cabeza. Cociné por la mañana con los Beach Boys de fondo, que bonito es el Pet Sounds. Creo que la combinación de la música de los 50 y 60 y la cocina tiene una conexión que habría que investigar. Por la noche quedamos con mi hermano A. y su mujer, que hacía varios meses que no los veíamos. Le encasquetaron el sobrinillo a sus abuelos y se vinieron a cenar.

El domingo me quito la espinita de matrix... total, menuda decepción. Creo que la mejor definición la da M. What is the matrix?... matrix es un revoltijo para quitarte el dinero. Pues sí. Y lo de las multiples conexiones y miles de detalles interconectados... no me interesa. Y no se hable más.

Por la tarde termino una grabación que tenía pendiente. Un documental sobre la peste del siglo XVI en Europa que me deja muy mal cuerpo. Y frío. Mucho frío. Con esto del mal tiempo que hemos tenido, me acuerdo de BCN con sus terracitas aún colocadas, la temperatura tan agradable que hacía. También me acuerdo del mar, del color y de lo buena que estaba el agua este verano en Menorca... Teníamos un cura en el colegio que decía que el hombre había emigrado al norte por soberbia, que lo suyo era el sur y su calor. Yo antes odiaba el calor, el sur, el pecadito frito y la pandereta (el tópico del sur, ya se sabe, como odio el tópico del norte)... ahora ya no estoy seguro. Bueno, la pandereta y el flamenquito sí. El pecadito frito puede que también. Pero el calor, hoy lo echo de menos.

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