martes, 15 de julio de 2003

No puedo con este día...

Ha sido un pequeño horror de día. No he hecho prácticamente nada en la oficina. Mi (mala) conciencia de educación tradicional me ha castigado duramente. Además me he levantado de mal humor. He tenido frío. Hasta la mosca que se ha quedado ha vivir con nosotros en la parte de atrás de la oficina estaba insufrible, y sólo la ha salvado de la muerte segura el haber terminado de leer todo el blog de Bob (ver a la derecha) Gracias Bob (you´re the best) Ays, que voy a hacer ahora sin una de mis lecturas favoritas, que me socorre en estos momentos. Porque, claro, ponerse a leer un libro en una oficina abierta, pues como que no. Un royo, vamos.

Claro que estos momentos de tribulación se me ocurren ideas que voy apuntando, para cuando tenga un sitio en condiciones para plasmarlas. Incluso me pongo a pensar en lo que de verdad me gustaría hacer. Yo quiero ser artista consagrado, pero por la vía directa. Porque estoy seguro que si diese el paso de mandar a la mierda un trabajo que tampoco es que me desagrade, mi vagancia y tendencia contemplativa me impediría llegar a la consagración. Así que ya puestos a pedir, podemos saltarnos el trance de luchar frente a la duda, la desesperación, el trabajo duro que no ve frutos, el pagar facturas e hipotecas? Sí?... gracias. Me pido artista consagrado. Puedo dar todo tipo de opiniones, asistir a conferencias, presentaciones, inauguraciones de mis retrospectivas, participar la elaboración de programas culturales para partidos políticos, comprometerme con causas más o menos perdidas y que sean cool, todo muy cool... y cobrando, claro.

Menos mal que hoy ponen a dos metros bajo tierra, que me dispongo a ir a ver en breves momentos.

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