martes, 1 de julio de 2003

Nueva semana de trabajo

Hoy ha sido un día de los que se pueden catalogar de completos. Tenía una reunión con clientes y sabía que mi jefe me iba a abandonar. Esto quiere decir que tenía cosas mejores que hacer que lidiar detalles sin importancia. Para eso ya estamos los curritos, así que me he puesto arreglao, corbata y camisa de M, pantalón y chaqueta de vestir, ligeramente sport, y los lottusse que sabía me iban a machacar (lo sabía, lo sabía) Un primor. M. dijo que estaba guapo, pero claro... Algún comentario favorable en la oficina me sube el ego y me tranquiliza, la falta de costumbre un poco de aprensión al tandem corbata-zapatos hecen que sude un poco. Aunque tengo que terminar unos papeles no me resisto a abrir mi correo personal y recibo un mail de bob que me llena de alegría, sé que será un momento felíz que recordaré durante el resto del día, si algo sale mal, un referente alegre, gracias.

Volando en taxi que llego tarde, oficinas en centro comercial, cuando llego una grabación anuncia que el c.c. abre sus puertas y que disfrutemos de las compras (dios mío, hasta las diez de la noche comprando, don´t worry, al mal tiempo, donna karan... que decían en una web de diseño) y yo con lo papeles bajo el brazo, un punto surrealista. Una pequeña espera, un reunión apresurada, llamadas de confirmación de datos, reparto de trabajo, y escapadas a internet. Que sería de mi sin poder evadirme en la red en momentos de bloqueo, de tedio. Esto y la posibilidad de poner algo de música mientras trabajamos me han salvado innumerables ocasiones, last night a dj save my life, yo soy mi dj.

Ahora está la posibilidad de actualizar el blog desde la oficina. Me había prometido no hacerlo desde aquí, por que no parecía procedente, pero... con un poco de discreción... que les vayan dando! ay, ay, ay, esta canción me mata... cuando Tracey Horn canta Cross my Heart, y eso que estoy en la oficina... jop, que ataque tan ochenta... si este fin de semana tengo algo de tiempo haré memoria de los últimos ataques ochenta que he sufrido...

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